La escuela Normal Rural “Gral. Matías Ramos Santos” de San Marcos, Loreto, Zacatecas, inicia funciones en su actual ubicación el 3 de septiembre de 1933, cuenta con 90 años ininterrumpidos de formación de maestros rurales en el sureste zacatecano. Los antecedentes de esta histórica institución, se remontan al proyecto que surge a la sombra de la revolución mexicana de 1910. Comparte su origen con el naciente subsistema de Normales Rurales (NR) emergente a partir de 1922.
El presidente Plutarco Elías Calles construyó entre 1924-1926 varias escuelas para la formación de maestros rurales, entre ellas la de San Juan del Río, Querétaro. En esta latitud se fundó el primero de febrero de 1926 la NR gracias al empeño decidido de sus vecinos. El lugar limitó con la capital estatal. Logró mantener una matrícula de 33 estudiantes. Su fundación fue producto de condiciones experimentales de un modelo formativo de maestros destinados a atender la realidad social del campo mexicano, en escuelas-internado para hijos de campesinos.
La administración de la NR de San Juan del Río se desenvolvió entre dificultades y tropiezos bajo la dirección del Profr. Martín V. González. El Jefe de Misiones Culturales y orientador pedagógico de la Escuela Rural Mexicana, el maestro Rafael Ramírez -después de varios señalamientos- dictaminó que el cambio de ésta era necesario a un lugar más favorable (AGN, 1929) y obedecía a que la región no correspondía a la categoría del plantel. Querétaro no fue suelo fértil para sembrar la semilla de la escuela nueva; su traslado era inminente
En 1927 Alfredo E. Uruchurtu, Oficial Mayor de la Secretaría de Educación Pública (SEP) avaló la petición del gobernador de Zacatecas, Fernando Rodarte para contar con una escuela de este tipo en la entidad (AGN, 1927), gestión mantenida con ahínco por Alfonso Medina -conocido como el Zapata de Zacatecas-. Es así como se toma la decisión el 19 septiembre de 1929 de reubicar la NR queretana, y llevarla a un nuevo destino. Finalmente, el 5 de febrero de 1930 Zacatecas recibió las pertenencias, a 15 alumnos que terminarían sus estudios en la entidad y algunos trabajadores provenientes de la extinta NR de Querétaro en la estación ferroviaria de Río Grande. El profesor Manuel Bautista Reyes,
primer director en la sede zacatecana, mandó colocar una leyenda en el frontispicio del nuevo edificio escolar que marcaría su principal orientación: “Pueblo, entra, ésta es tu casa” (Zacatecas, 1971).
En 1931 se graduó la primera generación de maestro rurales en tierras zacatecanas, compuesta por once alumnos: cuatro mujeres y siete hombres. Al año siguiente aumentó su matrícula a 68 estudiantes: 40 hombres y 28 mujeres, originarios de Durango, Aguascalientes y Zacatecas. La SEP cubría 60 becas, el resto las gestionó el director.
La escuela era sencilla, estructuralmente débil con constantes averías y derrumbes, inmersa en un conflicto político entre militantes del Partido Laborista (PL) y del Partido Nacional Revolucionario (PNR) que hacían incierto su futuro en esa región. El 21 de febrero de 1933, durante su tercer año de vida, la NR de Río Grande recibió una carta del Departamento de Enseñanza Agrícola y Normal Rural -órgano administrador de las NR-, en ésta, Manuel Mesa Andraca, Jefe del departamento, pide al Director un informe respecto a las posibilidades (edificios, tierras de riego y temporal, demografía campesina) en Río Grande para transformarla en Regional Campesina -proyecto educativo rural cumbre del cardenismo-, teniendo en cuenta los elementos de que dispone en la actualidad y de los que pudiera obtenerse para llevar a cabo dicho proyecto (AGN, 1933).
Enterado del proyecto propuesto por la SEP de transformación de Normales Rurales a Regionales Campesinas, el gobernador Gral. Matías Ramos Santos y el director de la Dirección Federal de Educación en la entidad, Jacinto Maldonado, comunicaron a la SEP que poseían un lugar con las condiciones necesarias para la nueva institución en una sede distinta: la ex hacienda de San Marcos, en la región de Bimbaletes, al sureste de la entidad.
Respecto a las tierras que tendría para cultivo, informaron que contaba con una zona de protección de 100 hectáreas de terreno de riego, de éstas 15 eran de frutales, y contaba con agua propia, almacenamiento acuífero distribuido en dos presas. La mayor excede por mucho el valor que se había fijado por la finca y zona de protección. Su cortina no es menor a 250 metros de ancho por 70 u 80 de alto y una extensión de varios kilómetros (AGN, 1933). Año con año llenaba su capacidad, con ello se logran rendimientos productivos en las tierras de la zona periférica.
Además, -señalaba- en los terrenos sobresale, airosa, una finca en magnífico estado: la casa grande. La fachada es de cantera color ocre. La conforman amplios departamentos yenormes pasillos, capaces de albergar cómodamente una cantidad entre 150 y 200 estudiantes. Previendo las condiciones sociales, identifican un ambiente positivo para la Escuela Regional Campesina, y lo que representa políticamente. A su alrededor habitan por lo menos cinco mil campesinos propietarios, clasificados en tres grupos: ejidatarios, parcelarios y pequeños propietarios, con un mínimo de ocho hectáreas cada uno.
El 18 de agosto de 1933 las autoridades federales avisan al director Manuel Mesa Andraca, que la decisión había sido tomada, la NR pasaría del norte al sureste del estado, de Río Grande a San Marcos.
El domingo 3 de septiembre, luego de un viaje sin mayores novedades, 80 alumnos, acompañados de sus maestros, son recibidos por el barullo de campesinos del Valle de Loreto (Morales, 2018, pág. 163). Campesinos de todo el bajío -con poca presencia de lugareños de San Marcos-, con sencillos carretones (Bravo, 2007), otros con algunos burros y caballos, o simplemente con su fuerza de voluntad, recogieron a los nuevos inquilinos, los estudiantes en su mayoría hicieron caminando el primer recorrido de la estación de tren Loreto a la nueva morada en la ex hacienda de San Marcos. Sorpresa y entusiasmo les desprende a los nuevos inquilinos, la doble alameda de más de un kilómetro de extensión, intercalada de frondosos fresnos, cultivada y llena de vida celosamente por la hacienda.
Su llegada al sureste Zacatecano convirtió a la NR en la institución educativa más importante fuera de la capital, no pocos la conocieron como la Atenas Cultural del sureste, rápido se nutrió de jóvenes de los municipios colindantes e incluso de diversos estados de la república. A partir de 1934 es transformada de Normal Rural a Regional Campesina (AHENRGMRS, 1934). El término “regional” obedece al rango de su acción que, alcanza los 200 km a la redonda; ésa es su zona de influencia y por ello la llaman la Regional Campesina del Centro; su campo de experimentación fueron los estados de Aguascalientes y Zacatecas, de manera especial sus poblados y sus escuelas.
Quien fuera director de la NR en 1953, el Profr. José Santos Valdés le asigna el nombre de su gestor, el general Matías Ramos a la transformada -nuevamente- en NR durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho. La Escuela Normal Rural “Gral. Matías Ramos Santos” representa tres sedes: San Juan del Río, Querétaro; Río Grande y San Marcos, Zacatecas, una institución; tres periodos y un proceso. Una historia en tres momentos, 1926, 1930 y 1933.
Hoy son atendidos cerca de 540 estudiantes (mujeres y hombres) por 52 docentes en la NR zacatecana. Escuela que manifiesta una noble y generosa historia que ha entregado cerca de cinco mil maestros rurales procedentes no sólo del estado de Zacatecas, sino de otros como: Coahuila, Durango, Chihuahua, Baja California, Aguascalientes, San Luis Potosí, Nuevo León, Nayarit, Jalisco, Guerrero, Puebla, Estado de México, Colima, Oaxaca, Querétaro, Morelos, Hidalgo, Tamaulipas, Michoacán, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Quintana Roo. Diseminados por la geografía nacional, caracterizados por el profundo sentido de responsabilidad y sensibilidad social; de sus aulas han egresado destacados académicos, políticos (en todos niveles: presidentes municipales, diputados locales y federales, senadores, gobernadores), luchadores sociales y sindicalistas, promotores de las artes plásticas, maestros rurales entregados a un esfuerzo común, educar por cada rincón de México.